miércoles, 18 de enero de 2012

Estanterías de libros electrónicos

Si la ausencia del préstamo de libros electrónicos ha sido una de las carencias que desde su lanzamiento repetidamente se han citado en contra del Kindle, que ahora por fin sea posible es una gran noticia para este y para la tinta electrónica en general, pero sobre todo para la Cultura con mayúsculas. Y es que se pueden alquilar libros electrónicos en 11.000 bibliotecas de EE.UU. y algunas en Europa, 24 horas al día y 7 días a la semana, y sin salir de casa. 
 
Personalmente creo que dice mucho de Amazon que abra su ecosistema al alquiler de libros electrónicos, desconozco cuál es el porcentaje que se lleva de vender ebooks a las bibliotecas, pero de lo que estoy seguro es que poner a disposición de los usuarios la opción de alquiler además de la de compra es un acierto.
 
Precisamente esta opción hará que disminuya la demanda de copias no legales de libros electrónicos que circulan por ahí, algo que no todos son capaces de entender o de querer entender. Que identifican gratis con ilegal. Si puedo acceder a un libro electrónico para leerlo por encima o para estudiar un capítulo, ¿para qué complicarme la vida bajándolo desde un sitio de descargas en vete tú a saber qué calidad?
 
Si tenemos en cuenta que Kindle es además de un dispositivo, una aplicación multiplataforma, a diferencia de otros proveedores, que únicamente facilitan el dispositivo, la opción de préstamo está abierta a la mayoría de smartphones, tablets y ordenadores personales, tanto offline como online con el excelente cloud reader.
 
Ahora las preguntas, ¿para cuándo bibliotecas con fondos en español? Muchas bibliotecas únicamente admiten socios si se han inscrito presencialmente, aunque luego se acceda al préstamo desde su página web. Todavía es pronto para saberlo. Sinceramente espero que al menos las bibliotecas universitarias españolas se lo piensen, aunque no puedan prestar lo que no está digitalizado, claro.
 
Aunque ni las bibliotecas tradicionales cerrarán mañana o la semana próxima, ni dejarán de prestar los libros que ahora tienen en las estanterías, y con toda seguridad no se llegue a digitalizar la totalidad de fondos disponibles, sí que parece otro duro golpe para el mundo del libro de papel tal y como lo conocemos, al menos en su presencia física. Es muy posible que en España editoriales, distribuidoras, etc, sigan plantando una resistencia levantina al progreso. Con lo positivo que sería para el español que desde cualquier parte del mundo se pudieran prestar libros en nuestro idioma.
 
Biblioteca central de la UNED

  By Manuel Algaba (Ríos de Tinta Electrónica)

3 comentarios:

  1. Hoy he leído un artículo muy interesante: "Confesiones de un editor, Amazon nos tiene en el punto de mira y va a acabar con nosotros", en Pando Daily (http://pandodaily.com/2012/01/17/confessions-of-a-publisher-were-in-amazons-sights-and-theyre-going-to-kill-us/). Viene a contar que Amazon está actuando como un Carrefour cualquiera dentro del mundo de la venta y de la edición de libros electrónicos, ofreciendo un número enorme de libros, vendiendo a pérdida, o con un margen mínimo, y eliminando así la competencia, para después imponer sus condiciones.
    Puede que el artículo refleje la realidad o puede que sea un efecto colateral dado por el éxito inesperado de su kindle, pero da que pensar.

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  2. Mi nombre es Sombra18 de enero de 2012, 21:43

    #jose manuel

    Eso mismo se lleva oyendo del Carrefour y similares desde hace años, que tiran los precios para echar a todo el mundo del mercado y luego hacer lo que quieran. Sin embargo, hasta ahora, no ha ocurrido. No digo que no pueda suceder, pero entre que llega y no llega (y de momento no llega), lo del enlace que pones me parecen lloriqueos de alguien a quien se le acba el negocio.

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  3. Si amazon tiene la posibilidad de imponer sus condiciones en España, es porque desde aquí se ha hecho poco o nada. El fiasco Libranda sería el mejor ejemplo, pero también podría mencionar el tema de los gastos de envío, precio, etc. que únicamente ahora más de uno intenta mejorar.
    Tampoco tengo claro que lo que beneficia a las editoriales y distribuidoras españolas sea necesariamente lo mismo que beneficia a los lectores españoles y viceversa.

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